Dicen que la mansión de 73 cuartos con vista al mar fué propiedad de un millonario petrolero y que cuando éste murió de alegría durante un baile nudista, ahí mismo se llevó a cabo el rito fúnebre. Ni por un minuto se interrumpió el festejo de acuerdo a deseos del finado, expresados por vía legal y testamentaria. De ésto dieron fé su notario, su abogado y su médico quienes formaban parte de los invitados.
Ya habiendo su cuerpo ascendido a los cielos, más no al estilo Cristo, sino porque lo ataron a globos de gas y ahí colgando de la canastilla parecía decir adiós a cuanto vecino que miraba hacia las nubes con incredulidad.
Lejos de ahí fué festín de buitres.
La viuda se preocupó pues ya no quedaba mucha liquidez después de tanto gasto en una vida de dispendios y excesos.
Fué justo el momento en que entró a cuadro uno de los invitados . Se trataba de un cubano, especialista en animar fiestas, quien por vía de ésta noble profesión fué que llevaba más de una década como residente de la casa.
---Ahora que el patrón se nos fué para siempre, debemos ponernos bien almeja con la situación , ¿Me entiende Doña?--- ,le decía a Solange; la viuda; éste caballero de nombre Franklin Buenrrostro, muy preocupado a su avanzada edad de 70. de perder el centro de labores y vivienda que habitaba en eterno buen ambiente.
Y además sabiendo lo difícil que resulta reponer un empleo así de vacilón.
Ella vió lo sensato en el plan que Franklin propuso y lo llevaron a cabo.
La única variante que tuvo la casa, que en lugar de estar llena de invitados, ahora era con clientes de hotel, y la fiesta era perpetua, día y noche. El éxito fué absoluto y había listas de espera por años para ocupar el mínimo espacio, incluso se agregó la variante de huesped en tránsito, que consistía en festejantes que no ocupaban cuarto, sólo se bañaban ahí y dormían en su coche. Era como un Carnaval de Río de Janeiro, pero sin final.
Franklin jamás se hizo amante de la viuda para evitar limitaciones por celos a su vida celebratoria. Aunque se sabe que la mujer le tenía aprecio a su director de fiestas, no solamente por buen consejero sino por su carismática personalidad.
Y al avanzar los años en ésta empresa de fiestas sin final, algo ocurrió en el metabolismo de Franklin Buenrrostro que le hizo perder la capacidad de dormir; a pesar de que se le notaba una fatiga extrema y palidez como de muerto.
Ah, pero estaba más que vivo. Bailaba, contaba chistes, organizaba todo tipo de desorden, camisetas mojadas, pintarse todos de un sólo color o varios, disfraces, veladas musicales y un sinfín de diversiones. Y ésto le generaba tanta energía que se le quitó el sueño. Ya ni siquiera se daba mini siestas.
Doña Solange la viuda, aprovechó la estancia de un doctor especialista en sueño quien vino a festejar y recetó unas píldoras de su propia elaboración, cuyo contenido de opiáceos podía dormir a un tigre enfurecido.
Al tomar Franklin las píldoras, encontró en ellas tan divertido efecto que se tomó unas cuantas de más. Y vaya que durmió. Al entrar al mundo de los sueños con orquesta de ronquidos, se vió a sí mismo montar sobre un cisne anaranjado que lo llevaba sobrevolando hacia una laguna en un bosque iluminado por el plenilunio que parece causar una niebla que flota entre notas músicales. Piensa que sería un escenario ideal para una fiesta con danzas y fogatas, y de sólo pensarlo aparecen las bailarinas topless y vistiendo minifaldas de palma estilo de la Polinesia. Con las riendas ordena el descenso del ganso y salta a una pista de cristal que lanza destellos diamantinos. Y a lo suyo, a bailar.
Mientras tanto Solange se asoma cada tantas horas, pues han pasado más de doce y sigue Franklin con el rugir de los ronquidos. Ella también está cansada. Pensando en su propio sueño atrasado se dice.---Éstos si son somníferos, no chingaderas.--- (gilipolleces). Y se sirve unos cuantos acurrucándose en la cama con él y además metiéndose a su sueño. Nunca se habían divertido tanto.
Para el mundo pareció pacto suicida al encontrar los cuerpos. Solange sólo buscaba descanso para ambos.
La naturaleza se los había llevado a la eternidad.
ENGLISH VERSION.
The best parties on the planet never ended at a 73 room mansion overlooking the Meditarrenean sea, most adequate for an oil millionaire that struck it rich overnight to such extent that he would catch up on all the barren, empty living that had been his lot for the first half of his life. But now getting tenfold what he could spend he kept the music blaring and the women parading in an endless manner.
His celebration prone nature went with him beyond his final hours on earth. A heart attack in the midst of a dance step and they followed his last will and testament to the letter. His Doctor, his Attorney and his Notary were there at the shindig so they tended to his airborne funeral through which he got ballooned away in a unit with loudspeakers rocking away the skyline leaving the farmers scratching their heads at the sight of the corpse hooked to a motor that made him wave his hand for his last goodbye. Far from there the vultures feasted on his remains.
Solange, the widow of the freshly deceased, met with her cuban party master, one Franklin Buenrrostro, whom in the past had crashed the never ending party and stayed
for life in the mansion due to his expertise in matters involving amusement and his ability to feed a conversation with slices of humorous nature.
And now Franklin feeling concern for his job security, approached her with the suggestion that the mansion get converted into a hotel and include their unique perpetual celebration in their services. She okayed the plan and this made Franklin go into a state of bliss that could be defined as a feeling of solidity; a sense that now it was his party and he was it's life. So he stopped sleeping. Wet t-shirt contests and mud fights occured simultaneosly as the women decorated the events of joy. And he still held his own dancing and fueling all the action. He seemed possessed.
Solange noticed this and worried that this virtuoso of the shindig would go the same route as her recently deceased mate. And although she had affection for him he stayed out of any romantic involvement with her to avoid any jealousy drama which could put a leash on him.
Now she's so worried , she can't sleep either. Someone reccomended a shrink that prescribed some great knockout pills and Franklin took a dose of these opiates, which only made him feel lighter in weight and energetic, so he popped six more and that did send him to dreamland right on one of the sofas in the living room.
Solange ordered that he be taken to her bedroom to keep him away from the blaring sounds of music and laughter and allow him some recovery time. And there he was snoring away to a point that she felt a lion roaring right there in her bed.
In the midst of this Franklin dreamed he rode upon an orange swan that had the size of a horse and with wings flapping he crossed above a moonlit forest in changing colors. And from above he guided the bird to land on what seemed a carpet made of diamonds covering the edge of a beach. It was a perfect night with topless hula skirted dancers swaying their beautiful bodies inviting him to join them in their rites of beauty.
By now Solange had counted twelve hours that he had slept away. She took the bottle of pills and swallowed the rest as she said to herself: ---These are sleeping pills, no bullshit.--- Right then she cuddled with him and joined him in the dream.
When they found the bodies the next morning everyone took it as a suicide pact. Solange was only seeking rest for both.
Nature had taken them into eternity.
Saturday, May 25, 2013
FESTIVAL. micro, © Carlos de la Parra. versión ESPAÑOL--ENGLISH version scroll down.
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Cada vez afinas más la tecla con el humor, Don Carlos. ¡Muy bueno!
ReplyDeleteUn abrazo (de visita rápida),
muy bueno y muy refinado el humor.
ReplyDeletecomo siempre sacas de la manga una buena historia.
Un abrazo
carlos
ESTUPENDO, Carlos! Este combo es genial! Porque conjugaste tu hilaridad -que me encanta-con pinceladas de deliciosa magia. Y me dejas reflexionando... La fiesta de la Vida y la Muerte en todo su esplendor.
ReplyDeleteFENOMENAL! Abrazo enorme, mi amigo!!!
Un humor muy bien llevado, Carlos, y con una dosis de reflexión, por cierto.
ReplyDeleteUn fuerte abrazo.
HD
Carlos:
ReplyDeleteUna historia delirante y fantástica, con todos los aderezos para sumarse a esa fiesta y sin el riesgo de terminar como los personajes.
Me divirtió al leerla, excelentemente escrita. Y con moraleja y todo.
Un gran abrazo.
Entre las miles de facetas que tiene la vida es importante festejar su grandeza.
ReplyDeleteUna fiesta nos saca de las exigencias del deber y entramos a la magia de la convivencia entre la alegría y el baile.
Debería reciclarse la industria de la guerra a convertirse en industrias de vida, como el cine, el ocio, el altruísmo colectivo para eliminar la hambruna y la miseria.
Gracias a todos ustedes que me privilegian con su tiempo y amistad y sus amables comentarios.
Reciban un abrazo y mi correspondencia en seguir con toda ésta conección de talentos.
Ojalá algún día nos publiquen a todos en una antología con nuestros mejores esfuerzos.
Los micro relatistas del internet somos ya una presencia en las letras contemporáneas.
Cómo el mejor torero cualquiera llegamos a tener una mala tarde, pero busquemos más nuestros aciertos que nuestras fallas.
Yo lo encontré romántico, nostálgico y surrealista.
ReplyDeleteEl humor es sutil, casi inadvertido.
Muy bueno, Carlos.
Saludos.